lunes

Presentación personal para CUENTOS GALLOS



La decisión de ser escritor no se si es vocación, oficio, destreza, necesidad física, posicionamiento político, inspiración divina, hacer caso a un destino impuesto para ir a un fin superior o cavar de antemano una tumba al exito en vida con el consuelo de un reconocimiento póstumo. De esa parte no tengo certeza.
Ser escritor, y esto lo se, es asumir que la poesía no es solamente papeles viejos que cuidan métricas heredadas de una cultura ajena. Nace de leer a Cortázar solo en una esquinita, pasearse por una frase y sentir un golpe en el pecho, seguido por un silencio, mezcla entre epifanía y revolución.
Hacer un cuento va de la mano de hacer presente la realidad en esos silencios. Que aquel instante en que la lectura estremece el alma no sea el pretexto para escapar de lo verdadero, para cerrar ojos, oídos o, lo peor, el alma. Que sea completamente lo inverso.
Porque vivir no es hacerse parte, como una fórmula matemática, de la nublada vida robótica que propone sguir el vil "sueño americano".
No somos americanos soñadores. Somos sudacas descontentos, con ganas de realidad.
La historia nos puso en medio del porvenir la imposición de las sociedades. Nosotros le respondemos con la elección de la libertad. Libertad que es un compromiso, no el egoísmo de una escritura del goce propio y lo muy artístico que resulta componer un relato con multiplicidad de voces y estética vanguardista.
Si escribimos, no les quepa duda, es también porque resistimos. Porque la poesía es ir conociendo Latinoamérica viendo el paisaje desde un camión, tomarse un mate con los amigos en vez de una coca-cola frente a la tele, darle cara y lucha a las injusticias que nos fragmentan, ver los amaneceres sentado a la orilla del río, enamorarse.
La cultura es un fruto de cuerpo infinito. Nuestra batalla no parte hoy. Tampoco se acaba pronto.
Estos cuentos son el gallito que nuestro espíritu le hace al mundo. Que sean como ellos tengan que ser, pero que sean libres. Como el anhelo de nuestras almas. Como el anhelo de nuestros pueblos.

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