De mañana en la avenida
tomo asiento en la cuneta
miro al cielo
fósforo en mano
las estrellas de la ciudad
otra vez s’esconden
al prender el fuego que rellena
la mirada con humeadas relajantes…
Y camino la avenida
descubriendo la arboleda
de esa esquina donde tantos
cruzan rápido sin ver
es que ya llegó la hora
de andar rápido a la casa
junto con las mil hormigas
viajando en cuncunas falsas
con los ojos extraviados
junto con la reflexión
la arboleda se ve linda
entre tanto robotío
me distingo del gentío
porque yo camino lento
y eso es algo que DECIDO
al igual que no me importa
darme cuenta de las cosas
y cagarme de la risa
aunque esté paseando solo
entre miles de millones
Sin embargo en la vereda
no son solo caminantes
de viajares olvidados
los que la noche comparten
con nosotros los bluseros
criminales sin remedio
por vivir inadaptados
que en vez de andar entre libros
y paredes estresados
se pasean relajados
aprovechan mal su tiempo
engañándose los ojos
con guitarras en la mano
molestando al represismo
que esclaviza nuestro estado
por andar pensando mucho
por reírse demasiado
por andar cambiando el mundo
por soñar que aun hay hermanos
Si es que hay otros que también
son los dueño e la vereda
son los hombres de chaqueta
de blullín y
de cerveza
Se tomaron aquel barrio
que si bien no es donde duermen
sí es la calle en donde ríen
mientras tanta guacha linda
se pasea ante sus ojos
exigiéndoles los versos
son poetas artesanos manos gruesas dura sangre
piroperos embriagados con dolores del ayer
y así avanzo y me pregunto
¿qué pasaría si tal vez?
¿y si esto se hiciera así?
¿si todo fuera al revés?
que el que escribe tanta línea
no lo hiciera en español
lo escribiera en araucano
o en aymara, que se yo
porque esos hombres tan lindos
de la europa criminal
mataron tanto indiecito
que ya no hay lengua pa hablar
Pa ponerme más sincero
después de la reflexión
tomo asiento entre los hombres
que van rumbo a su colchón
estresados y nerviosos
(quieren ver televisión)
porque no sirve de mucho
pensar que todo anda mal
que las vibras vuelan sucias
por el centro terrenal
sin cambiar la situación:
de nada sirven las quejas
de un humano sin acción
y en mi suelo no es descanso
lo que busco al divagar
ni estoy sentado fumando
lo que ayuda a reaccionar
meto la mano al bolsillo
desenfundo una vez más
a mi nena que en soplidos
da un lenguaje universal
Toco Mónica
En la calle
en la micro
en la plaza
por ahí
en el patio
en el cielo
en la tierra
en tu vida
onde sea
Dicen los amarguecidos
del planeta cerebral
que mi música no es nada
solo sirve pa vagar
pretexto de gente floja
incapaz de trabajar
por el progreso del mundo
por el triunfo universal
Mientras tanto a ojos cerrados
sin pararla de soplar
con la Mónica cantando
mis anhelos de verdad
yo me río silencioso
y comienzo a imaginar
veo a los mil transeúntes
del paseo peatonal
todos caminan sonrientes
y comienzan a bailar
y los que no van bailando
van cantando por ahí
los colores van llenando
las paredes del país
y otros tocan sus charangos
y otros tocan guitarrón
y no es solo la brigada
la que pinta el murallón…
y en eso soñaba yo un mundo mejor
cuando se acerca un niñito que me pregunta “señor
¿cómo se llama esa cuestión?”
“Armónica” le respondo.
“Quieres tocar?”
y me mira por un rato
aunque a ella la mira más
hasta que lo agarra el nervio y
corre onde su mamá
Miro para todos lados
ya se fueron casi todos
y aunque nunca haya silencio
y en la esquina siempre hay robos
se ve más linda la noche
sin las almas indignadas
de los hombres que se aferran
a sus autos y bocinas
por los tacos de la tarde
o en jornadas matutinas
Me levanto un poco sucio
y las uñas más oscuras
y no miro la hora
La Mónica está cansada
y me pide irse a la cama
ya guardada en sus frazadas
pronto vuelvo a caminar
y otra vez está en mi boca
la colita que guardé
y otra vez parto de viaje
y no cacho a donde iré
me duele un poco la espalda
y tengo seca la voz
me tomo un sorbito de agua
me siento un poco mejor
y mientras me voy ¿pa donde?
eso ni yo se en verdad
se termina acá otro día
más de la gris capital
y aunque mi alma esté más llena
después de tanto volar
me sigue doliendo un poco
el cuerpo que la cuida
y ¿por qué? se lo pregunta
el lector que no hace ná:
la respuesta es bien sencilla
no hay pa que filosofar
porque yo me viajo y canso,
es mi forma e descansar.
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1 comentario:
me guuusta
es todo lo que puedo decir, extraño.
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