- Tu estay en Reñaca? - Dijo una niña con buzo.
Y había momentos y momentos. A ratos pasaba mucha gente, muchos que salen y muchos que entran. Con mis brazos esquivé a una weá así como un panki. Y empezaron a entrar, uno tras otro mirándose sin hablar (pero miradas cortas y lejanas) y llegaban hartos y se iban hartos.
-Oiga
sabe que no puede estar ahí
está prohibido
si quiere se puede poner ahí en el rinconcito
pero es que por aquí pasa mucha gente.
Y me paré y le dije gracias nomás si no quedaba otra y me paré y me fui más allá.
Se está bien sin saber la hora ah. Es bueno no tener reloj, es buena la weá.
(AHÍ DICE LA WEÁ)
Entré. Me equivoqué de lado.
Ya más atinado me fui pa Tobalaba. Me di cuenta que ya habían pasado muchos weones. Ya todo iba un poco más tranquilo...
Escuchar el partir del metro...
Tu voz por alto-parlante...
Y había momentos y momentos. A ratos pasaba mucha gente, muchos que salen y muchos que entran. Con mis brazos esquivé a una weá así como un panki. Y empezaron a entrar, uno tras otro mirándose sin hablar (pero miradas cortas y lejanas) y llegaban hartos y se iban hartos.
-Oiga
sabe que no puede estar ahí
está prohibido
si quiere se puede poner ahí en el rinconcito
pero es que por aquí pasa mucha gente.
Y me paré y le dije gracias nomás si no quedaba otra y me paré y me fui más allá.
Se está bien sin saber la hora ah. Es bueno no tener reloj, es buena la weá.
(AHÍ DICE LA WEÁ)
Entré. Me equivoqué de lado.
Ya más atinado me fui pa Tobalaba. Me di cuenta que ya habían pasado muchos weones. Ya todo iba un poco más tranquilo...
Escuchar el partir del metro...
Tu voz por alto-parlante...
Esos pititos en mi oído...
Mira ahí hay unos milicos...
Mira ahí hay unos milicos...
Y llegó el metro y me sentí más que nada profunda y cabizbajamente derrotado. Había terminado subiéndome a la cuncuna metálica, una vez más.
Y una señora habla
-Oiga
señora
tenga cuidado mire quen ese asiento hay un chicle.
Una señora le habló a otra al interior del metro, no se conocían. Sonreí.
Me apoyé en la puerta del metro y está pasando el metro por mi espalda. Mi ventanal-apoyo tiembla.
Y una señora habla
-Oiga
señora
tenga cuidado mire quen ese asiento hay un chicle.
Una señora le habló a otra al interior del metro, no se conocían. Sonreí.
Me apoyé en la puerta del metro y está pasando el metro por mi espalda. Mi ventanal-apoyo tiembla.
1 comentario:
Linda introducción.
barts!
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